Sabías que el jabón contiene productos alcalinos
El jabón no se empleó realmente hasta después de 1850, cuando la industria comenzó a fabricarlo en cantidad.
El jabón tiene la propiedad de desprender las materias grasas de las superficies donde están adheridas y de mantenerlas en suspensión en el agua, Por lo tanto, permite eliminar la suciedad y las manchas de esas superficies. Se obtiene por la acción de un producto alcalino, la sosa cáustica, sobre una materia grasa de origen animal (antaño sebo de cabra) o vegetal.
Nuestros antepasados apenas utilizaban el jabón: en su lugar empleaban ceniza, arcilla o extractos vegetales. Aunque conocido desde la Antigüedad, el jabón no se empleó realmente hasta después de 1850, cuando la industria comenzó a fabricarlo en cantidad.
Además de los jabones de tocador, presentados en forma de pequeñas porciones (pastillas), se encuentran en el comercio el jabón de Castilla y el jabón de Marsella para usos del hogar; el jabón blando o jabón potásico, para limpiar grandes superficies; el jabón en escamas, más suave que los detergentes en polvo, que se utiliza para lavar prendas delicadas. Última novedad: el jabón flotante, cuya densidad es inferior a la del agua y que tiene la ventaja de que no se pierde dentro de la bañera.
Aunque el jabón supuso un gran progreso sobre los procedimientos de limpieza anteriores, no tiene la eficacia de los detergentes modernos, derivados del petróleo, y cuya composición científica acaba con toda clase de manchas (durante mucho tiempo, estos productos han contenido enzimas, que «digieren» las manchas; pero con estas sustancias resultaban nocivos). A pesar de todo, el jabón conserva toda su utilidad en los casos en que la limpieza no debe ser exageradamente enérgica (por ejemplo para la piel). A los jabones de tocador se les suele agregar diversas sustancias (colorantes, perfume, acidificantes, emolientes, suavizantes, astringentes, desodorantes, etc.), que no siempre carecen de peligros.
Marcado con un sello.
En la Edad Media, el jabón era un producto de lujo reservado a los ricos.
Su fabricación solía ser un monopolio. El peso de los pedazos, o panes, de jabón se establecía por decreto y cada pedazo llevaba la impronta de un sello.