Sabías que las algas son plantas que viven en el agua o en el aire húmedo
Las algas constituyen una especie de inmenso laboratorio donde se fabrica el 90 % del dióxido de carbono.
Las algas presentan dos grandes diferencias con respecto a la mayor parte de las plantas terrestres: 1º no tienen flores; por ello se clasifican entre las criptógamas (en griego, unión o casamiento oculto); 2º no tienen raíces, ni tallo, ni hojas manifiestas.
Estas dos particularidades las asemejan a los hongos; pero, a diferencia de éstos, las algas contienen clorofila.
Un alga roja de las profundidades submarinas
Ciertas algas son de un tamaño microscópico (el plancton marino), pero otras alcanzan hasta 300 metros de longitud (las del género Macrocystis del océano Pacífico).
Se encuentran algas por todas partes donde haya luz: rocas húmedas, mares y ríos. Pero su verdadero reino es el mar.
Las diferentes coloraciones de las algas se deben a unos pigmentos químicos. En las orillas se encuentran las algas verdes, en forma de hojas de lechuga (ulvas), de cabellos, de sombrilla o de abanico.
Hasta 15 metros de profundidad se extiende el dominio de las algas pardas, como el sargazo vejigoso (Fucus vesiculosus}, que las mareas abandonan en las costas.
Por último, entre 20 y 25 metros, el buceador puede admirar el espectáculo único que ofrecen las algas rojas.
Los chinos son muy aficionados a las algas y las utilizan en su cocina para elaborar platos refinados e incluso sabrosas confituras.
En agricultura, los campesinos bretones cosechan tradicionalmente en las costas el fuco (o varec), que proporciona un abono excelente, y los japoneses cultivan algas para convertirlas en alimentos completos destinados al ganado porcino y bovino.
Por último, en la industria, la incineración de algas proporciona sosa y potasa, mientras que las laminarias (algas pardas) se utilizan por su celulosa y sus materias colorantes.