El corcho, un material natural de muchas aplicaciones
Lo mismo que la madera, el corcho es un material natural y vivo.
Aunque usado mayormente en tapones de botellas y recipientes, posee unas cualidades especiales que lo hacen muy apreciado en numerosos usos industriales y en la construcción y decoración. El corcho, según las diversas formas con que es elaborado, ofrece una amplia riqueza de texturas y aspectos decorativos de gran calidez aparente. Es un excelente material aislante tanto para el calor y el frío como para el sonido. Propio de los países mediterráneos, su relativa abundancia ha hecho que no sea valorado como se merece.
Una forma de utilización del corcho es en placas de dimensiones varias y grosores muy diversos. Pueden ofrecer aspectos distintos según sean recortadas las placas extraídas del árbol en uno u otro sentido o bien como aglomerados a base de partículas que han sido trituradas expresamente o se aprovechen los residuos y sobrantes de otro proceso anterior. También darán calidades de texturas muy diferentes sí estas partículas se comprimen más o menos durante el prensado, se les incorpora uno u otro tipo de aglomerante o se tiñen uniformemente, con colores variados y bien mezclados.
En este artículo se muestra gran diversidad de presentaciones. Buena cantidad de productos de corcho podrán hallarse en las tiendas especializadas y además, en lo que respecta a las utilizaciones de los materiales suberíferos para la decoración, en aquellos establecimientos que se dedican a la venta de material de revestimientos decorativos se encontrarán productos especialmente concebidos a tal fin.
Los aglomerados de grano muy fino y color uniforme suelen ser los más utilizados para aislamientos. Como se trata de un material de aprovechamiento que no sufre muchos procesos de elaboración es prácticamente el material de corcho más barato, aunque su regular textura posee innegables cualidades decorativas. Otra aplicación de estas placas de corcho aglomerado es como fondos de tablones de anuncios, ya que fácilmente se pueden retener papeles con ayuda de agujas y chinchetas. Además de placas de diversos grosores y dimensiones muy variadas, algunos aglomerados de poco espesor también se pueden adquirir en rollos de varios metros de longitud. Un ejemplo de estos aglomerados lo constituyen los números 5, 10, 14 y 15.
Otros tipos de corchos aglomerados han sido especialmente concebidos para revestimientos de techos y paredes, por lo que reciben tratamientos complementarios a base de capas de resinas sintéticas que los hagan inalterables a manchas o liquidas que puedan atacarlos. Así, por ejemplo, hay aglomerados que han recibido un soporte de tela (14) o de plástico continuo (16) por la parte inferior. En cambio, el corcho que se suele emplear industrialmente como poderoso aislamiento, y que hasta hace poco habían concurrido con él algunos materiales plásticos, es el aglomerado de granza grande, que al propio tiempo solía estar impregnado de un material ignifugante, debido a lo cual ofrecía un aspecto negroso (19).
También con aglomerados se confeccionan baldosas, utilizadas tanto para recubrimientos de suelo como para techos (4 y 15), y a este mismo fin se usan grandes planchas o tiras en rollo (8, 9, 11. 12 y 16). Para suelos se utiliza la mezcla de partículas de corcho con linóleo, en una extensa gama de colores (20). Se suelen fabricar de aglomerado por troquelado mucha variedad de piezas, destinadas a juntas de estanqueidad y hermeticidad (17).
Junto con estas formas aglomeradas, también el corcho cortado a manera de chapas o de placas, además de su aspecto abigarrado y de tonos cálidos, halla mucha aplicación en recubrimientos decorativos, tanto de ciertas superficies con deficiente acabado como en paredes, techos, suelos y además como plafones de muebles y muchos otros usos. En algunos casos, como ocurre con los aglomerados, pueden recibir un tratamiento superficial que inmunice y contrarreste la gran porosidad del corcho, ya sea por medio de barnices o bien con películas sutiles de PVC, tal como se ve en los números 1 y 2. Si la placa se corta del través da lugar a curiosos estriados (3). También la textura es muy diferente si procede del primero o de los sucesivos arranques, pues es mucho más compacta a partir del segundo que del primero, cuya corteza exterior aparece muy torturada. Asimismo la textura es distinta en las partes más bajas del árbol que en las altas (13 y 18). Si en lugar de partículas se prensan virutas y granzas irregulares pueden conseguirse efectos especiales (6).
Para muchos trabajos de bricolaje y de manualidades, el corcho es un material precioso y no muy caro. Fácilmente se podrán hallar en el comercio discos, anillas y bolas de todos los tamaño, grosores y medidas.
Cortado en finas laminillas encoladas sobre un soporte que suele ser de papel para adherirse fácilmente a la pared como cualquier otro papel decorativo, el corcho es susceptible de ofrecer aspectos diversos, según se disponga en forma de tiras más o menos anchas, en las que alterne su tonalidad, y formen una especie de rayas o bien cuadrados o rectángulos regulares o irregulares en los que se combinen texturas más o menos porosas. No hay que decir que los tratamientos superficiales, mediante tinte o barniz, pueden conseguir diversidad de aspectos con el mismo material, como se muestra en las fotos 21 a 25.
En placas de corcho de mayor espesor se pueden utilizar incluso los aparentes defectos en la continuidad superficial para ofrecer relieves que proporcionan un curioso efecto decorativo (26). Un ejemplo de placas con veteado contrapuesto, que ofrece una especie de escaqueado, lo constituye la muestra 27 En cambio, unas tiras cortadas transversalmente presentan un dibujo muy diferente (28), que cobra otra apariencia si el corcho ha sido teñido o ahumado (29). Muy característica es la textura del denominado corcho flameado (30).
Finalmente, en las fotos 31 a 40 se ofrece diversidad de placas, tiras, planchas y otras muestras que corroboran la gran riqueza decorativa que se puede conseguir con el corcho, susceptibles todas ellas de ser empleadas para fines muy distintos y originales.
Preferiblemente a otros medios mecánicos de retención, el corcho suele ser casi siempre utilizado como revestimiento mediante encolado. El tipo de colas a emplear es muy diverso, según el tipo de acabado del producto En principio las placas que se utilizan para recubrir paredes u otras superficies suelen adherirse simplemente con colas celulósicas e incluso vinílicas. En cambio, cuando el corcho se utiliza en forma de baldosas o de gruesas placas será la cola de contacto la que dará más buenos resultados. Sin embargo, es conveniente solicitar el consejo del propio vendedor que nos suministre el material.
¿Qué es el corcho?
Es la corteza que cubre el alcornoque, variedad cupulífera propia de los bosques mediterráneos.
La corteza se arranca mediante incisiones verticales diametralmente opuestas y cortes normales al tronco, de modo que se puedan arrancar capas que ofrecen un aspecto acanalado correspondiente a la forma del tronco del árbol. Éste se regenera y al cabo de unos cuantos años es posible volver a arrancar otras capas de corcho, operación que debe obedecer a unas normas rigurosas a fin de poder aprovechar al máximo el rendimiento del árbol.
La primera capa de corcho que se arranca del alcornoque se aprovecha para obtener aglomerados.
Si se dejase desarrollar por completo la primera corteza alcanzaría 20 cm de espesor. Esta corteza virgen es la de textura más torturada y suele tener menos valor, ya que prácticamente sólo se utiliza para la obtención de aglomerados por triturado de las capas.
La nueva corteza que se regenera suele crecer a razón de 1,5 a 4mm por año, según los climas y el régimen de lluvias que afecten al árbol durante su desarrollo.
A partir de la segunda cosecha de corteza, el corcho es mucho más compacto, pero ofrece mayor elasticidad. Estas cualidades hicieron que desde antiguo se dedicara principalmente a la fabricación de tapones.
Durante su vida (unos 150 años), un alcornoque puede llegar a proporcionar de 10 a 12 cosechas de capas.
La gran ventaja del corcho estriba en sus condiciones naturales, consistentes en su ligereza, alta elasticidad y comprensibilidad, impermeabilidad, sumo poder de aislamiento térmico y fónico y muy resistente al desgaste, con excelente adherencia sobre muchos materiales. Su gran ligereza es debida a la forma de sus células, que albergan una buena cantidad de compartimientos de aire, particularidad que al propio tiempo le confiere su condición de excelente material aislante.
Utilizado desde muy antiguo, los egipcios aprovecharon sus cualidades hace casi 7 milenios como flotadores para la pesca, utilización que se ha conservado casi inalterable hasta nuestros días, en que sólo algunos materiales, como ciertos plásticos, han podido competir con el corcho.
Corcho de segunda extracción, cuya compacidad permite aprovecharlo especialmente para tapones de botellas.
Más tarde, el corcho se fue aplicando en otras industrias, como las del calzado, sombrerería y mucho más recientemente en el automóvil, en la fabricación de cámaras de frío, en industrias mecánicas como elementos de fricción y juntas de hermeticidad, para prótesis, etc. Prácticamente sería imposible concebir la industria vinícola, en especial la de vinos espumosos, si no se hubiese contado con este material.
Ahora bien, la producción de corcho era muy limitada y, por tanto, se consagraba prácticamente a utilizaciones tradicionales como las citadas antes y en su mayoría para la obtención de tapones.
Han sido los productos sintéticos los que han venido a competir con el corcho y lo han desplazado de algunas de sus principales y consagradas aplicaciones, ya sea por mejorar realmente sus cualidades (hasta ahora sin competencia), ya sea por resultar de costo mucho más barato los productos de resinas sintéticas, pues no exigen tanta manipulación.
Ante este posible arrinconamiento, el corcho ha buscado nuevos caminos de aplicación y algunos de ellos son sus eventuales utilizaciones como material decorativo, aunado por las cualidades de .excelente material aislante que le son propias.
Arranque de la mitad anterior de una capa o pana de corcho.
Hoy día, el corcho ha conseguido ofrecer una extensa gama de productos (como se advierte por las muestras expuestas en este artículo). Sus peculiares características naturales de textura como las logradas combinando diversas formas de obtención han conseguido atraer la atención de los arquitectos e interioristas y de los propios usuarios. Al lado de su mera apariencia decorativa, los productos de corcho, aun cuando utilizados en reducido grosor, proporcionan una respuesta tecnológica a una de las más importantes necesidades modernas: la del aislamiento. Una superficie recubierta con corcho no sólo actúa de freno a la transmisión del ruido, sino que amortigua el que se produzca en el interior. Y a esto se le acompañan parejas condiciones de aislante térmico. Por otra parte, es un material muy estable a los productos químicos y, si queda afectado por algunos de ellos, lo será precisamente más por su coloración y capacidad tintórea, ya que la porosidad del corcho lo hace muy sensible. De aquí que muchos productos de corcho reciban tratamientos protectores, que afectan muy poco a su tonalidad, pero que lo protegen cumplidamente. Asimismo sus excelentes cualidades físicas, resistencia al roce y su bajo coeficiente de conductividad eléctrica, casi totalmente estable, hacen del corcho un material muy valioso.
Arranque de la segunda mitad de la capa de corcho.
Para que no desmerezca, el corcho es necesario tratarlo con el máximo cuidado al ser colocado, pues no son muy difíciles los procesos requeridos.
La colocación, como revestimiento mural o del suelo, requiere que el material esté perfectamente seco, ya que al recibir la humedad ambiental cobrará una leve dimensión superficial mayor, que dará como resultado hacer desaparecer prácticamente las juntas que hubiesen quedado. Las baldosas de corcho se colocan de la misma manera que las de moqueta, es decir, partiendo del centro y mediante ayuda de una cola de contacto o bien acrílica.
Si se utilizan baldosas con recubrimiento plástico es conveniente desembalarlas y dejarlas durante 48 horas en la misma pieza donde tendrán que colocarse.
Es casi obvio decir que antes de la colocación de baldosas de corcho, tanto si se trata de productos de escaso grosor como de regular, es necesario corregir las desigualdades existentes en el suelo, igual como se hace en cualquier enmoquetado.
Aplicación de placas o láminas de corcho a un interior, al que añade, a la belleza natural de su textura, las cualidades específicas de sus buenas condiciones de aislante (térmico y fónico}.
Las placas que se utilizan en la pared suelen ser generalmente de más leve espesor, sin que por ello sea condición obligada, ya que no sólo se pueden utilizar placas gruesas, sino incluso alternar el recubrimiento con diferentes grosores, para dar mayor vivacidad y relieve en superficies a las que se quiere conferir énfasis, particularmente si luego se iluminan con luces laterales o dispuestas en la cornisa, no muy alejadas del plano que se decora. Las placas de poco espesor se adherirán fácilmente con cola blanca. Las más gruesas y, por tanto, de mayor peso será preferible encolarlas con adhesivos de contacto. Las sutiles laminillas de corcho con soporte de papel se pegarán con cola celulósica como si se tratase de un papel de pared corriente.