Piezas y moldes de silicona cómo se hace
Reproducción de piezas y moldes en relieve.
Las resinas sintéticas denominadas siliconas tienen una particularidad muy interesante que puede ser aprovechada para la elaboración de moldes de objetos que se tengan que reproducir, una vez adquirida su forma definitiva en estado sólido, estas resinas son elásticas.
Las siliconas, una vez han sufrido el proceso de transformación por incorporación de un catalizador, proporcionan un cuerpo sólido pero blando y elástico que resiste bien las deformaciones y recupera su forma después de haber sido estirado o comprimido. Esta propiedad, semejante a la que presentan, en cierta manera, los cauchos naturales permite su utilización en la fabricación de moldes cuya superficie es irregular y presenta relieves con recovecos y entrantes que no sería posible reproducir utilizando un molde rígido convencional.
Frente a los cauchos naturales que suelen desintegrarse fácilmente con el tiempo si están expuestos al aire libre, y aún mucho más si reciben directamente la acción de los rayos solares, las siliconas tienen una gran estabilidad, resisten las acciones de todas clases de los agentes químicos corrientes y difícilmente se desgajan si poseen un espesor adecuado.
Las técnicas a emplear serán diferentes para cada caso en concreto. En superficies planas con relieve, el proceso es muy simple: bastará una caja o depósito en donde se pueda colocar la pieza a reproducir, de manera que sobre el menor espacio posible y evitar, así, un consumo inútil de siliconas se preparará la mezcla de resina con el catalizador adecuado y en la cantidad prescrita por el fabricante y finalmente verteremos sobre el objeto a reproducir la resina en estado líquido.
Al cabo de cierto tiempo (en función de la clase de resina y de la cantidad de catalizador incorporado) la resina empieza a gelificar y poco rato después cataliza en su estado sólido pero al mismo tiempo elástico.
Dos cosas son importantes durante este proceso de preparación y actuación del catalizador:
En primer lugar, hay que llevar a cabo una mezcla perfecta de los dos componentes (resina y catalizador). Para conseguirlo es de gran ayuda el diferente color que tienen ambos componentes ya que hasta que no se ha conseguido un color uniforme no puede darse por terminado el mezclado; si la masa no es totalmente uniforme se verán irisaciones de dos colores.
En segundo lugar, cuando la resina se vierte sobre la pieza y se deja que pase el tiempo de catalización, esta operación debe realizarse en un sitio que tenga una temperatura aproximada entre 20 a 22°C. Hay que tener presente que una temperatura inferior a la expresada puede ser causa de un mayor tiempo de catalización. Una resina que con su adecuada proporción de catalizador puede solidificar totalmente en cuatro horas, si se opera a una temperatura inferior a los 20 ºC es muy posible que requiera más del doble del tiempo normalmente previsto. También influye mucho en el aumento del tiempo de catalización la humedad reinante en el ambiente.
Es importante, pues, para operar con resinas de siliconas que pueda trabajarse en las condiciones expresadas por el fabricante y, asimismo, seguir sus instrucciones respecto a las proporciones de la mezcla de resina y catalizador.
El color de las siliconas depende del tipo de fabricación Las hay completamente blancas y otras son grises o de tono amorronado. Por regla general las de color blanco son más caras que las otras. Pero como en el caso de obtención de moldes, el color carece de importancia se pueden utilizar, precisamente, las siliconas más baratas.
Cuando los objetos que se quieren reproducir son estatuillas o figuras, el proceso es muy diferente al que se explica en este artículo y se basa en la obtención de lo que se denomina un «guante» de reproducción, que consiste en ir recuperando la resina que se va escurriendo por la pieza hasta que aquélla empieza a gelificar, aumentando su cohesión y ya no resbala. Este proceso se describirá en un artículo posterior.
Entre uno y otro procedimiento cabrán, igualmente, otros mixtos, como puede ser el de realizar previamente unas bases donde descansar el objeto antes de ser cubierto con la resina. Ello es perfectamente factible debido a que si se vierte silicona líquida sobre una pieza de silicona, previamente obtenida, ambas se adhieren perfectamente, de modo que, al solidificarse la primera, forma una sola pieza.
En el caso que se describe en el presente artículo, el procedimiento de obtención del molde ha consistido meramente en hallar un recipiente que tenga la forma más aproximada a la superficie de la pieza que se va a reproducir; se ha elegido un barreño de plástico. De esta manera, debido a que el material (PVC) del recipiente no se adhiere a las siliconas, no es preciso recurrir a un agente desmoldeante como debería hacerse en el caso de que, por ejemplo, hubiéramos hecho el depósito a base de madera o metal.
El agente desmoldeante puede ser una cera o parafina o también aceite de siliconas proporcionado en aerosol (spray).
Si se procede con cuidado puede manipularse la resina de siliconas sin guantes ya que durante las operaciones que hay que realizar con espátula, al igual que en el vertido de los componentes, no es fácil que los dedos puedan llegar a quedar impregnados con el material.
De todos modos puede ser una buena medida de prevención el usar guantes de goma o de plástico, en especial para aquellas personas que suelan sufrir alergia frente a ciertos productos químicos.
El olor de las siliconas es perfectamente soportable y esto hace más fácil el operar con ellas en lugares no espaciosos o ligeramente ventilados.
Un detalle importante: las resinas de siliconas, si bien disponen de bastante tiempo de estabilidad en estado líquido pueden sufrir alteraciones al cabo del tiempo, hasta llegar al punto de que pierdan su aptitud de catalización.
Hay que informarse, pues, en el momento de adquirir el producto, de su buen estado y eficacia.
Forma de hacer un molde de silicona.
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Los materiales necesarios para realizar un molde de siliconas que permita reproducir la pieza original, que en este caso se trata de un disco, reproducción del llamado calendario azteca. Se ha buscado un barreño cuyo fondo corresponde aproximadamente, al tamaño de la pieza que se va a recubrir. Es necesario también un recipiente auxiliar donde poder mezclar la resina y su catalizador, cuyos botes pueden verse al pie de la foto. Para ayudarse en la mezcla de los componentes será útil una espátula y asimismo un pincelito de cerdas duras servirá para conseguir que la resina llegue al fondo de los relieves.
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La pieza que se tiene la intención de reproducir se coloca en el fondo de un receptáculo, preferiblemente de plástico.
Gracias a la adecuada y feliz coincidencia entre el perímetro de ambos objetos será posible proceder al conveniente recubrimiento de aquella pieza sin tener que emplear para ello mucha cantidad de resina.
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Se prepara la cantidad de resina que se considera necesaria, vertiéndola primero en un recipiente auxiliar y luego incorporando la cantidad de catalizador prescrita en función de la resina.
Las coloraciones de ambos productos son muy diferentes.
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Se agita la mezcla con ayuda de la espátula, procurando utilizarla en sentido plano, de manera que corte la masa.
De esta forma se evitará la creación de burbujas de aire que adquieran un tamaño considerable dentro de la masa.
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La mezcla está finalizada cuando en la masa no se aprecian irisaciones del color oscuro del catalizador, sino que ofrece un aspecto uniforme y continuo.
Es muy importante que la consecución de esta mezcla sea perfecta.
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Con la ayuda de un pincel se aplica primeramente resina a todos aquellos fondos del objeto a reproducir difíciles de alcanzar y luego se procede a recubrir, mediante una película continua, todos los relieves que presente aquél.
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Una vez se ha terminado de dar esta primera capa hay que dejar transcurrir unos minutos y luego comprobar que se ha conseguido llegar hasta el fondo.
Si se forman burbujas, pueden romperse con una aguja e insistir con el pincel en aquel punto.
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Ahora se vierte, lentamente y por decantación, la resina preparada sobre el objeto.
La masa debe recubrir las partes más salientes de éste cosa de unos 3 mm.
El recipiente debe colocarse en un sitio horizontal para que la silicona quede nivelada.
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Las dos piezas han quedado perfectamente separadas.
El nuevo molde elástico de siliconas presenta unas irregularidades debidas a que la resina se ha infiltrado en la base del recipiente gracias a unas rendijas entre la pieza y aquél.
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Estas rebabas de material sobrante se pueden eliminar cómodamente con ayuda de unas tijeras.
Deben cortarse de manera que quede una orilla regular con respecto al fondo del molde, que es precisamente donde se halla el relieve.
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En realidad, y si este molde se trata con esmero, puede decirse que tiene una duración ilimitada.
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Forma de hacer una pieza con el molde de silicona.
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Para realizar una reproducción con yeso escayola, basta preparar la lechada de la forma tradicional: en un recipiente con agua se va espolvoreando el yeso por la superficie, de modo que vaya calando en el líquido.
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Realizada ya la mezcla de ambos ingredientes en las proporciones adecuadas, se agita la masa ligeramente y a continuación se deja en reposo durante un tiempo de unos diez a catorce minutos para que empiece el fraguado del yeso.
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Cuando ya es perceptible que la mezcla del yeso escayola y el agua empieza a fraguar, se procede a continuación a verterla poco a poco en el molde de siliconas, pero teniendo la precaución de comenzar siempre por el centro.
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Se va cubriendo con la masa de yeso el resto de la superficie y, finalmente, se vierte el resto de masa en el receptáculo que forma el molde llenándolo hasta que el yeso escayola alcance los bordes de este último.
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A continuación, y con una espátula o una paleta, se procede a realizar un alisado superficial con la finalidad de proporcionar una buena horizontalidad al objeto que se está modelando.
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Transcurrido el tiempo necesario para conseguir el fraguado del yeso escayola, el objeto se podrá desmoldear de manera inversa a como se ha logrado el propio molde a partir del objeto original.
Con este fin se levantará poco a poco el mencionado molde a partir de uno de sus bordes y se progresará en el desmoldeo siguiendo la dirección diametral.
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Al llegar a la mitad del desmoldeo tal como se ha explicado en la ilustración anterior, la acción que estamos llevando a cabo tendrá una eficacia mucho mayor si, a partir de ese momento, se toma el molde elástico por los dos extremos y se arranca de la pieza previamente obtenida por el fraguado del yeso escayola como si se procediera a doblarlo.
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La nueva pieza obtenida por el método descrito anteriormente reproduce con toda exactitud los detalles que posee la pieza original y, pese a los recovecos y entrantes de la talla, se ha podido desmoldear perfectamente gracias a la elasticidad de la resina de siliconas.
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La pieza obtenida se dejará secar al aire libre, pues la cara donde está el relieve, pese a haber fraguado, conservará un poco de humedad.
Una vez seco, se puede acabar con varios tratamientos. Uno muy sencillo y cómodo es el de teñirlo con una cera de color usada para la limpieza de los zapatos.
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Es casi seguro que será preciso insistir en algunos puntos, generalmente los más hondos, con la ayuda de un pincel con la finalidad de hacer llegar hasta los puntos más angostos el encáustico que se utilice para dar color al objeto reproducido.
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Después de haber dejado transcurrir el tiempo necesario para que la pieza seque, puede abrillantarse con un cepillo, de forma que las partes superficiales queden más relucientes y, por el contrario, las partes rehundidas queden con un color más oscuro.
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