Sabías que el impresionismo es un movimiento artístico
El impresionismo es un movimiento artístico nacido en Francia en la segunda mitad del siglo XIX.
El columpio (1876), de Auguste Renoir, Museo del Louvre, París.
En 1874, un grupo de jóvenes artistas expuso en París sus cuadros. Para definir su pintura, totalmente nueva, un periodista utilizó, con ánimo de burla, el término impresionismo (palabra que le sugirió una tela que exponía Monet: Impresión, sol naciente). Este movimiento caracterizó a todo el final del siglo XIX y tuvo un papel fundamental: permitió pasar del realismo al arte abstracto del siglo XX.
El impresionismo rechazaba los temas clásicos que habían dominado en la pintura desde el Renacimiento. Las escenas mitológicas, religiosas e históricas, o los retratos de hombres célebres, ya no inspiraban a los innovadores, que renunciaron a los asuntos tradicionales. Para ellos, todo puede ser pintado y debe ser pintado: escenas callejeras, fiestas populares, bailes, estaciones, ferrocarriles y, sobre todo, paisajes.
Impresión, sol naciente (1874), por Claude Monet. Museo Marmottan, París.
Manchas de color.
Los impresionistas tratan «Un tema por sus tonos, y no por el tema en sí», dijo Renoir, Juegan con los colores e intentan expresar lo que sienten al contacto con la naturaleza. Se esfuerzan, según la expresión de Corot, en «no perder nunca la primera impresión que ha despertado su emoción». Sus pinceles se interesan por los reflejos en el agua, las vistas a través de la niebla o el humo y por todo lo que cambia o se modifica. Para demostrar que un objeto se transforma a medida que varía la iluminación, representan el mismo monumento a distintas horas del día: Monet pintó cuarenta veces la fachada de la catedral de Ruán.
La importancia dada a la luz va en detrimento de la forma, de la superficie y del volumen. El contorno desaparece. Los objetos, la degradación de tonos y la perspectiva son sugeridos por pequeñas manchas de color.
Los contrastes y los claroscuros son abandonados: lo importante son los «matices». Las sombras están animadas por reflejos. Cada color, fundiéndose con el que le rodea, <la la impresión de ser otro tono: un rojo cerca de un azul parece una mancha violeta.
Este nuevo estilo se apoya en la experiencia visual. Al rechazar el academicismo y buscar la realidad inmediatamente perceptible, engendra una verdadera revolución artística.
Pintar la vida.
Hacia 1860, unos cuantos pintores jóvenes e independientes se encontraron en París. Algunos, como Pissarro y Cézanne, se reúnen de nuevo en la Academia Suiza. Otros, como Monet, Renoir y Sisley, estudian en el taller de un profesor de la escuela de bellas artes, en el cual se entregan a unas audacias que la enseñanza tradicional no les hubiese permitido. Desde 1863, algunos de ellos intentan exponer sus obras en los salones oficiales, pero éstos no aceptan sus cuadros. Llevados por sus ansias de libertad y de sinceridad, abandonan rápidamente los estudios donde trabajaban para ir a pintar al aire libre: en el bosque de Fontainebleau y, luego, en Normandía. El grupo se amplía con la llegada de Manet, de Berthe Morisot y de Degas. A partir de 1866 se reúnen regularmente, alrededor de Manet, en el café Guerbois, donde discuten con entusiasmo sobre teoría y técnica pictórica. De estos momentos febriles nace verdaderamente el impresionismo.
Dispersados por la guerra de 1870, vuelven a reunirse en París y sus alrededores en 1872. De 1874 a 1886 organizan ocho exposiciones.
Al fin llega el éxito y, luego, la gloria, a pesar de la hostilidad de los ambientes oficiales. Un siglo después, su obra será reconocida por todos como una etapa crucial en la historia de la pintura y sus telas alcanzarán unos precios fabulosos.
La carretilla (jardín) (1879 – 1881), de Camille Pissarro. Museo del Louvre, París.
Camille Pissarro.
Pintor grabador (1830 – 1903), Pissarro se unió al movimiento impresionista en 1866, y lo abandonó en 1885. Animó y ayudó a los jóvenes artistas de la nueva generación: Gauguin, Seurat, Van Gogh. Fue el pintor de la vida rural y de los jardines. Pero además de sus numerosos paisajes, de sus huertos y de sus árboles en flor, pintó también Los grandes bulevares, Plaza del teatro Francés, El Puente nuevo, etc.
Alfred Sisley.
Hijo de un negociante inglés, Sisley (1839 -1899) estudió en París y fue el único impresionista que no conoció el éxito en vida. Primero influido por Monet, su estilo ganó en simplicidad con el tiempo. Pintó paisajes apacibles: La pasarela de Argenteuil, Las lomas de Louveciennes, Iglesia de Moret, Álamos junto al Loing, Inundación en Port-Marly.
Algunos impresionistas.
Corot (1796-1875), Courbet (1819 -1877), Manet (1832 -1883), Cézanne (1839 -1906), Monet (1840 -1926), Renoir (1841 -1919), Seurat (1859 -1891).
Bailarinas subiendo una escalera (1886-1890), de Edgard Degas. Museo del Louvre, París.
Edgard Degas.
Pintor, grabador y escultor, Degas (1834 -1919) admiraba a lngres y a Delacroix.
Se unió al movimiento impresionista a partir de los años 70, y participó en todas las exposiciones realizadas por los impresionistas entre 1874 y 1886. Para muchos, es el pintor de los caballos, de los jockeys y, sobre todo, de las bailarinas. Daba particular importancia a los efectos de la luz artificial. Destacó en la representación de formas en movimiento. Sus obras maestras: Jockeys aficionados cerca de un coche, Bailarinas en la barra, Bailarina de catorce años etc.