Sabías que la mantequilla se extrae de la nata
La mantequilla es una sustancia grasa y untuosa que se extrae de la nata.
La mantequilla es, desde hace muchos siglos, un producto habitual en la mesa. Su fabricación es muy sencilla: se toma la nata de la leche y se la bate hasta que cuaja. La materia grasa de la nata, que constituye un 80 % de la mantequilla (el resto es agua), se separa entonces del suero, líquido azulado, ligero y delicioso de beber cuando está fresco.
En algunas granjas, la mantequilla es fabricada con mantequeras movidas a mano. Este tipo de mantequilla tiene el inconveniente de que se conserva muy mal.
En la actualidad, la mantequilla se produce industrialmente en desnatadoras centrífugas que extraen de la leche el máximo de nata. Luego, se empaqueta automáticamente con papeles impermeables. También se producen mantequillas pasteurizadas, en las que los gérmenes nocivos para la salud contenidos en la nata son destruidos por calentamiento.
El frío (entre 0 y -10º C) y la sal conservan la mantequilla. En los comercios se expenden mantequillas semi-saladas, que contienen 5 gramos de sal por cada 100 gramos de mantequilla, y mantequillas saladas, que contienen entre 5 y 10 gramos de sal por cada 100 gramos de mantequilla.
Una grasa para países ricos.
En comparación con otras grasas alimentarias (manteca de cerdo, margarina, aceite), la mantequilla es un producto caro, pero muy apreciado por lo delicado de su gusto. En los países ricos de Europa y América es un elemento indispensable en las comidas. Se usa para freír los alimentos y para confeccionar diversas salsas: fundida y mezclada con perejil, con ajo picado, con filetes de anchoas o con caparazones de cangrejo desecados puede acompañar a los platos de pescado o a las parrilladas, aunque en España se prefiere el aceite de oliva.